domingo, 22 de febrero de 2015

Misioneros de la Iglesia Católica: Michal Tomaszek - Zbigniew Strzalkowski - Sandro Dordi

Vinieron al Perú para ayudar a los más necesitados de las zonas más pobres del Perú y a cambio fueron cruelmente asesinados por el grupo terrorista peruano Sendero Luminoso.

Los peruanos los reconocemos como nuestros mártires y les rendimos nuestro más grande homenaje y permanente recuerdo.

Recientemente, el Papa Francisco ha ordenado la beatificación de estos 3 queridos misioneros.

Misionero Michal Tomaszek - Asesinado por Sendero Luminoso

Misionero Zbigniew Strzalkowski - Asesinado por Sendero Luminoso

Misionero Sandro Dordi - Asesinado por Sendero Luminoso

El 13 de agosto de 1991, en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Czestochowa, Juan Pablo II proclamó ante decenas de miles de jóvenes: "Hay nuevos mártires en Perú". Efectivamente, 4 días antes los jóvenes sacerdotes Tomaszek y Strzalkowski habían sido asesinados por el grupo terrorista Sendero Luminoso. 

Llevaban tres años viviendo en zonas pobres y rurales de la diócesis de Chimbote, en la localidad de Pariacoto, en los Andes de Ancash. Faltaba la luz eléctrica, las carreteras eran peligrosas, había sequías, epidemias de cólera y terroristas comunistas. 

La tarde del asesinato el pueblo se llenó de pintadas de Sendero Luminoso. Los frailes franciscanos sabían que eso significaba un inminente asalto, pero continuaron con su trabajo: el coro, el catecismo, la visita a un niño enfermo... Al anochecer, Fray Zbigniew empezó la exposición del Santísimo Sacramento, que duró hasta que llegó Fray Miguel con su camioneta para decir misa. Concluida la misa, cerraron las puertas del templo. Poco después llegaron unos encapuchados, que entraron a la fuerza, les ataron las manos y se los llevaron. Dejaron a los novicios porque Strzalkowski les convenció. Probablemente salvó así su vida. 

Pocos minutos después eran asesinados cerca del cementerio junto a los alcaldes de Pariacoto y Pueblo Viejo. A la vuelta, los criminales se encontraron con el primer edil de Cochabamba y lo mataron también. 

Los terroristas no podían dejar de adoctrinar a sus víctimas antes de matarlas. En el camino desde la iglesia al lugar del fusilamiento los encapuchados expusieron su batería de eslóganes: sus Biblias y rosarios, dijeron, engañaban al pueblo; eran culpables, les dijeron, de “infectar a las personas mediante la distribución de alimentos de la imperialista Caritas" y de adormecer “el ímpetu revolucionario con la predicación de la paz”. Tanto hablar de "paz" disuadía a los jóvenes de unirse al grupo terrorista. 

Cuenta José Luis Restán que "el propio líder de Sendero, Abimael Guzmán, reconoció posteriormente en una conversación en la cárcel con el entonces obispo de Chimbote, Luis Bambarén, que los misioneros habían sido ´ejecutados´ porque con su actividad caritativa y su predicación impedían a los jóvenes sumarse a la causa de la revolución".

En el caso de Sandro Dordi, éste llegó a Perú en 1980, precisamente el año que Sendero Luminoso empezó sus actos violentos y se presentaba una durísima crisis económica. 

Tenía 49 años y se volcó en el servicio a los fieles de la región del Santa, en Ancash. Organizó cursos de apoyo a la mujer, programas de alfabetización, levantó capillas y casas parroquiales… Cuando se enteró del asesinato de los misioneros polacos escribió a un amigo: “En estos días estamos particularmente angustiados y preocupados. Seguramente han sabido como el 9 de agosto Sendero Luminoso ha matado a dos sacerdotes de la Diócesis de Chimbote. Son dos franciscanos polacos que trabajaban en un valle como el mío: tenían 32 y 34 años”. “Puedes imaginar la situación de ansiedad en que vivimos, hay amenazas de próximos asesinatos. Sendero Luminoso, que con el terror quiere llegar al poder, ha puesto su mira en la Iglesia…La situación del Perú es angustiosa. Cada día nos preguntamos: ¿a quién le tocará hoy?”. 

Dordi parecía prever que él sería el siguiente. “Adiós, ahora regreso ahí y me matarán”, escribió. 

El 25 de agosto, acompañado de dos seminaristas en una camioneta, se dirigía de Vinzos a Santa para celebrar misa. Unos encapuchados de Sendero Luminoso rodearon el vehículo y obligaron a los dos jóvenes a salir. "Nos dijeron que bajáramos y nos llevaron lejos. Mientras caminábamos oímos los disparos de armas de fuego", relataron los seminaristas. El P. Dordi había sido asesinado con tres disparos. (Datos: religionenlibertad.com)

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