jueves, 28 de agosto de 2014

Pozuzo: Los Colonos y sus Descendientes

Primeros Colonos del Pozuzo

Pozuzo es una jurisdicción de Perú cuya población está conformada por descendientes de austriacos (tiroleses) y alemanes (renanos y bávaros).

Está ubicada en la provincia de Oxapampa, Departamento de Pasco en la Selva Central de Perú. 

Pozuzo fue la primera colonia de su tipo fundada en 1859, 4 años después que el gobierno peruano les otorgara las tierras, a 84 km al norte de la ciudad de Oxapampa y a 360 km de Cerro de Pasco. 

Los inmigrantes levantaron la ciudad siguiendo los patrones arquitectónicos de sus países de origen, por lo que las casas están formadas por plantas geométricas, pisos de madera y techos a dos aguas. 

El promotor para la llegada de campesinos y artesanos austro-alemanes al Pozuzo, fue el noble alemán Cosme Damián, barón Schutz von Holzhausen, para esta finalidad el Barón tuvo la oportunidad de entrevistarse con el Señor Manuel Tirado Ministro de Relaciones Exteriores del Perú en representación del Presidente General Rufino Echenique, en dicha entrevista se vio la posibilidad de colonizar la selva con el objetivo de unir las costas del Pacífico con el Atlántico; encomendando al Barón para que busque una zona apropiada para esta colonización.

El primer contrato que firmó el Barón fracasó a consecuencia que en 1854 se produjo una revolución liberal que destituyó al Presidente Echenique; por la crisis política y militar que vivía el país, el barón tuvo que firmar otro contrato el 6 de diciembre de 1855 con el nuevo Presidente el General Ramón Castilla.

Según este nuevo contrato el Barón tenía el compromiso de introducir al Perú a 10 mil colonos alemanes en un período de 6 años, y por su parte el Gobierno del Perú ofrecía lo siguiente: Pagar los gastos de transporte de Europa hasta el Pozuzo, la construcción de un nuevo camino de Cerro de Pasco al Pozuzo, cada colono mayor de 15 años recibiría una gratificación de 15 pesos, la repartición de 140 leguas cuadradas de tierras vacantes entre los colonos para luego convertirse en legítimos propietarios, exento de todo impuesto y la manutención de los 6 primeros meses; también el Gobierno se encontraba en la obligación de brindar servicios básicos como sanidad, construcción de escuelas, iglesias y otros.

En 1856 el Barón Cosme Damián publicó en un diario alemán su proyecto de colonizar el Pozuzo, el Padre Benedictino Agustín Scherer se enteró del proyecto que ayudaría a sus hermanos campesinos y artesanos pobres, por esa razón recomendó al Padre Joseph Egg párroco de Wald (Tirol). Después de un diálogo con el Barón se oficializó el apoyo de ambos religiosos, quedando autorizados para buscar en el Tirol a las personas indicadas. La noticia de que irían acompañados por el padre Egg, inspiró mayor confianza, esperanza y fe entre los aldeanos tiroleses, donde cada persona que quería formar parte del grupo, tenía que tener una recomendación de buena conducta otorgado por el párroco de su pueblo, es el caso de la señora Ana María Egg de la Villa de Silz, que al enterarse que sus hijos querían viajar a ese llamado Pozuzo, también se animó en sacar su recomendación. 

Por su parte el Gobierno de Perú exigía que los colonos sean católicos, trabajadores de una conducta intachable y para hacer posible este proyecto el Barón fue nombrado responsable de esta colonización, asignándole un sueldo de 2,400 pesos anuales. 

El 16 de marzo de 1857 era el día de la partida, y la Plaza de la Iglesia de Silz era escenario de un gran acontecimiento nunca antes visto; era la hora de la partida, del último adiós, era lógico que la tristeza, alegría y la nostalgia reinaba entre ellos; sin embargo lo hacían con tanta fe, esperanza y trataban de buscar un nuevo porvenir en nuevas tierras. Los 200 tiroleses partían de sus queridos Alpes en compañía de dos sacerdotes, Joseph Egg y Joseph Uberlinger. 

Su primer recorrido lo hicieron por vía férrea, llegando a importantes ciudades como Ausburg, Stuttgart y Mannhein, de esta ciudad prosiguieron el viaje por vía fluvial hasta llegar a la ciudad de Colonia en donde se unió un grupo de 100 prusianos, y el 25 de marzo llegaron a Amberes. 

El 29 de marzo de 1857 los 200 tiroleses y 100 prusianos zarparon de Amberes en el viejo barco guanero inglés "NORTON" rumbo al Perú. Apenas había partido el Norton el padre Egg procedió a celebrar el sacramento del matrimonio de 23 parejas jóvenes; cumpliendo así sus caros anhelos de formar una familia y tener sus hijos. 

Después de varios meses de viaje por el Atlántico y luego por el Pacífico, los colonos llegaron el 25 de julio de 1857 al Puerto de El Callao, donde el Barón con mucha preocupación los esperaba; lastimosamente hasta el momento el viaje había cobrado 07 muertos (05 niños y 02 adultos). 

Después de una cuarentena que sólo duró unos días, el 30 de julio se embarcaron a bordo del Barco “El Inca” y después de dos días de viaje llegaron a Huacho. Los colonos desde Huacho iniciaron su largo, sacrificado y penoso viaje por tierra, primero cruzaron zonas costeras para luego atravesar picos y nevados de la cordillera de los Andes, el viaje duró varios días y cuando llegaron a Cerro de Pasco, a consecuencia del intenso frío, se enfermaron de “soroche”. 

Después de superar muchas dificultades los colonos decidieron continuar el viaje rumbo a Acobamba, donde se terminaba el camino y a partir de ahí los mismos colonos tuvieron que construir su propio camino. 

Después de un intenso trabajo y sacrificios los colonos lograron avanzar de Acobamba a Santa Cruz y Pampa Hermosa. Desde Santa Cruz se inicia la ceja de selva y no había señales de camino, teniendo que establecerse en dicho lugar, construyendo viviendas rústicas, hicieron plantaciones, se criaron algunas aves de corral y otras provisiones. 

Lamentablemente el 28 de febrero de 1858 se produjo una avalancha de lodo y piedras que arrasó con la mayoría de las viviendas. Este suceso natural provocó la muerte de 06 personas ( 03 adultos y 03 niños). Por esa razón en Santa Cruz existe un cementerio alemán. 

Todos estos incidentes propiciaron para que un grupo de 50 personas entre ellos el cronista Clemente Yäger y el Padre Luis Überlinger abandonaran el grupo. 

Por fin, el 25 de julio de 1859 día de San Jacobo, patrón de los peregrinos y de la colonización, llegaron a Pozuzo 170 personas.

Los colonos austro-alemanes en su nueva morada, comenzaron una nueva vida con signos de extrema pobreza , aislados y abandonados a su suerte, aunque el Gobierno Peruano de ese entonces manifestara lo contrario. 

Un segundo grupo de nuevos inmigrantes debería estar integrado por 500 colonos, sin embargo se embarcaron en Amberes sólo 321 personas a bordo del barco italiano Valparaíso y después de 97 días de viaje marítimo llegaron al Callao en la tarde del 22 de julio de 1868, para luego pasar a Huacho y así poder seguir la misma ruta de sus antecesores (1857). Cabe señalar que sólo llegaron a Pozuzo 315 inmigrantes, porque en el viaje fallecieron 14 y nacieron 8.

Los colonos estuvieron aislados y abandonados por más de 100 años. Y recién, con motivo de su primer centenario, los Gobiernos de Austria, Alemania y el mismo Perú, mostraron mayor interés en contribuir al bienestar y desarrollo de Pozuzo, 

En esa oportunidad dichos Gobiernos colaboraron en la construcción de la nueva Iglesia “Sagrado Corazón de Jesús”, Centro de Salud, Mini Central Hidroeléctrica y otras obras. Sin embargo, el problema principal seguía siendo las vías de comunicación, porque la tan esperada carretera vía Oxapampa recién llegó en 1975. 

En la actualidad, Pozuzo es una próspera ciudad que mantiene muchas de las costumbres de origen europeo. Se vive con tranquilidad y paz, centrando sus actividades económicas dentro de su territorio en la agricultura, la ganadería y el turismo. 

Tiene dificultades de acceso ya que la carretera que llega desde Oxapampa no está asfaltada y en época de lluvias se interrumpe constantemente por los deslizamientos de lodo y piedras que caen. 

Sin embargo, Pozuzo ha aprendido a ser un vivo testimonio de lo que puede llegar a ser una comunidad ecológica y sostenible por sí sola, y lo ha hecho muy bien.

Pozuzo es una tierra reconocida por su excelente ganadería. La abundancia de pastos garantiza la abundancia de carnes y leche de muy buena calidad. 

Asimismo, la industria forestal está desarrollándose con fuerza. Los suelos húmedos permiten el crecimiento de diversas variedades de árboles nativos o foráneos, siendo la madera uno de los recursos que más beneficios aporta a la región. Los habitantes de Pozuzo conocen muy bien las ventajas económicas que tiene un manejo racional de los bosques, prolongando los beneficios para las futuras generaciones. 

Los pobladores de Pozuzo son bastante amables y respetuosos. En ellos prima el orden y trabajo. 

Llegar a Pozuzo es encontrarse con una historia maravillosa y un futuro prometedor. Es encontrarle el gusto a una vida laboriosa y más acorde con la naturaleza.

Los colonos supieron expresar a través del arte sus más nobles sentimientos, deseos y mundo interior, logrando la armonía, ritmo y equilibrio a través de sus cantos y bailes, entre los que destacan : Bayrisch Polka, Finger Polka (polka de las manos), Vier Schritt (4 pasos), Herr Schmidt, Mazurca (Federica), Hack der Katz den schwanz ab (corten la cola al gato). 

Los pobladores han sabido apreciar y valorar los recursos naturales de la zona, toda vez que con ellos han elaborado atractivos collares, cuadros, calzados, textiles, bordados, etc. Por ejemplo se usan semillas, raíces, tallos, hojas, flores y piedras para manifestar artísticamente la creatividad, fantasía, intuición e imaginación. Tanto la artesanía tradicional como la artesanía actual resaltan el acervo cultural de Pozuzo. (Datos: Wikipedia)









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