jueves, 25 de agosto de 2011

La Muerte del Libertador del Perú Don José de San Martín

Monumento al Libertador en la Plaza San Martín en Lima

En la edición del 9 de noviembre de 1850 del Diario Oficial El Peruano se publicó una carta escrita por Mariano Balcarce, esposo de Mercedes Tomasa San Martín y Escalada, hija del libertador don José de San Martín, dirigida al presidente de la República Ramón Castilla.

La misiva narra una noticia funesta: la muerte del Gran Capitán de los Andes, don José de San Martín Matorras, acaecida la tarde del sábado 17 de agosto del mismo año en Bolonia, Francia, a consecuencia de una hipertrofia cardiaca.

En la carta (escrita el 14 de septiembre), Mariano Balcarce, diplomático argentino en Francia, hijo de Antonio González Balcarce (1774–1819), quien fue director supremo de las Provincias Unidas de Río de La Plata, agradece al gobierno del Perú por la deferencia que tuvo para con el Protector e informa que don José de San Martín, como muestra de cariño y afecto por nuestra patria, nos dona el estandarte que Francisco Pizarro usó para conquistar el Imperio de los Incas.

"Al privarnos la divina providencia de un padre tierno y virtuoso, parece que hubiese querido suavizar nuestro dolor, haciendo que sus últimos momentos fuesen sin sufrimiento alguno visible y con la serenidad que inspira una conciencia sin tacha", reza un pasaje de la dolida carta de Balcarce.

Ante tan infausta noticia, el entonces presidente de la República Ramón Castilla, mediante decreto supremo del 7 de noviembre de 1850, dispone que se preparen, "en las capitales de los departamentos y provincias litorales de la República" las exequias correspondientes al "Jeneralísimo (sic) de las armas, fundador de la Independencia y Protector de la Libertad del Perú" (El Peruano: Lima, 9 de noviembre de 1850).

Han pasado 161 años de este sensible deceso del general que liberó de las cadenas de la opresión a la Argentina (1816), a Chile (1818) y proclamó la Independencia del Perú el 28 de julio de 1821. Hoy solo nos queda conmemorar su muerte y comprender el papel que cumplió en la gesta libertadora de América y del Perú.

José de San Martín, hijo del coronel Juan de San Martín, teniente gobernador de la Gobernación de las Misiones Guaraníes en Yapeyú, y de Gregoria Matorras del Ser, nació en Yapeyú el 25 de febrero de 1778.

Cuando tenía treinta años (1808), sirvió en el ejército español que había entrado en guerra contra la Francia de Napoleón Bonaparte. Mas, al iniciarse la rebelión en Argentina, abandona el ejército español, viaja a Inglaterra y luego a su país natal para apoyar en la campaña libertadora.

Después de asegurar la independencia de Argentina, junto con sus Granaderos a Caballo, cruza la cordillera de los Andes para llegar a Chile y conseguir su independencia en la batalla de Maipú en 1818, después de la gesta victoriosa de Chacabuco. 

En agosto de 1820, se embarca nuevamente en campaña con el apoyo del naciente Estado de Chile, parte del puerto de Valparaíso con destino a Perú, desembarcando en la bahía de Paracas en septiembre de ese mismo año.

Desde su desembarco en Paracas hasta su entrada en la ciudad de Lima, José de San Martín acepta dialogar con los virreyes que gobernaron el Perú en ese periodo: primero con el virrey Joaquín de la Pezuela, a través de representantes, en el pueblo de Miraflores donde se discute la restitución de la Constitución de Cádiz (por parte del virrey) y la instauración de una monarquía constitucional en el Perú (por parte de San Martín). No se llegó a ningún acuerdo.

Después, en 1821, negocia con el virrey José de La Serna en la hacienda Punchauca, donde San Martín insiste en su proyecto monárquico, pero cediendo el gobierno del Perú de manera provisional al virrey. No se llegó al consenso.

Después de la entrevista, el virrey José de La Serna se dirige al Cusco; San Martín, por su parte, hace su ingreso en la ciudad de Lima el 15 de julio de 1821. Trece días más tarde proclama la Independencia del Perú en la Plaza Mayor. Es proclamado Protector y da una serie de dispositivos legales como la Ley de Vientres (libertad para los hijos de esclavos nacidos después del 28 de julio), la abolición de la mita indígena, la fundación de la Biblioteca Nacional y la definición de los símbolos de la patria.

No obstante el protectorado de San Martín, la independencia del Perú no estaba sellada, faltaba ir a la sierra y derrotar al virrey. Es por eso que decide invitar a Simón Bolívar a que sumen fuerzas, se entrevista con él en Guayaquil (actual Ecuador) en julio de 1822, pero tampoco llegan a un acuerdo porque ambos libertadores tenían proyectos políticos distintos: José de San Martín proponía una monarquía constitucional y Simón Bolívar, una República.

La falta de consenso por parte de los dos libertadores pone en peligro el triunfo de la Independencia del Perú, José de San Martín es consciente de esto y decide dar un paso al costado. Tras su regreso a Lima en agosto de 1822 y, decepcionado, por verla sumergida en la anarquía, renuncia al Protectorado e inicia su autoexilio, en Europa, hasta el día de su muerte.

San Martín prefirió desistir de su proyecto monárquico para que América alcanzara su independencia plena y así permitir sin obstáculos el ingreso de Simón Bolívar al Perú, quien continuó la gesta independentista.

Este acto de desprendimiento, en un contexto en que los caudillos militares sobreponían sus intereses personales condenando a sus jóvenes repúblicas a la anarquía debe ser recordado porque da muestra de una personalidad intachable por parte del libertador. De allí la importancia de conmemorar la fecha de su fallecimiento.

Fuente: Jorge Eduardo Castro Tamayo Bachiller en Historia de la UNMSM - El Peruano

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