jueves, 14 de julio de 2011

Desmitificando la historia de Perú


"HISTORIA Y HECHICERIA"

Artículo escrito por Andrés Bedoya Ugarteche en la columnna "La Ortiga" del diario Correo de Lima, Perú el 11/06/2011

Siempre me ha aburrido la historia del Perú. Que si los huacos Nazca, que si los huacos Mochica, que si el gollete-estribo, que si el gollete-puente, que si los mantos de Paracas... Y todo ello en unas figuritas mal hechas en papel periódico de un libro de Calvo y Pérez (edición Bruño).

Pero ahí no quedaba la cosa. Luego teníamos que soplarnos toda la lista de los catorce incas, las obras que cada uno hizo y, para remate, el supuesto retrato de cada uno. Obviamente, al final llegamos a la conclusión de que todo fue un gran invento, una inmensa fantasía. Afortunadamente los incas no contaban con escritura, lo que nos habría terminado de joder. Nos cuentan algo de los "quipus", pero no hay un solo experto que sepa para qué servían. En fin, lo dejaremos a la imaginación de los estudiosos que insisten en que los incas eran "sabios" (ni siquiera inventaron la rueda).

El siguiente artículo es más bacán. Llegan trece chapetes muertos de hambre y en dos patadas liquidan al gloriosísimo Tahuantinsuyo y esclavizan a todos sus habitantes (que ya eran esclavos del Inca). Y viene otra cosa horrible: la lista de todos los virreyes con las obras de cada uno... hasta que... ¡Tataratá! ¡La Independencia!

La independencia consistió en una suerte de batallas que nos libró de ser esclavos de las españoles para convertirnos en esclavos de milicos venezolanos, colombianos, peruanos, ecuatorianos, argentinos y más, que además se peleaban entre ellos. La Gran Batalla de Ayacucho fue cojonuda. De un lado, la oficialidad española. En el otro, la oficialidad venezolana, colombiana, ecuatoriana, boliviana, chilena, argentina, y uno que otro peruano. La tropa, los que se sacaban la chochoca, como siempre lorchos de un lado y lorchos del otro. Ni siquiera sabían por quién o por qué luchaban. Siempre hemos sido así. Tetudos hasta la fantasía.

A partir de allí tuvimos que soplarnos golpes de Estado, golpes a los golpes de Estado, de pronto unas elecciones "democráticas" -con no más de 6 mil votos-. Luego más golpes de Estado, más "revoluciones" y más huevadas. Y así hemos seguido hasta el día de hoy.

Por siempre he preferido las ciencias ocultas a la historia ¿De qué sirve saber el pasado si lo que interesa es el futuro? Desde hace algunos años, varios amigos y expertos, con maravillosas sonrisas, me indicaban que el Perú ya estaba saliendo del "Tercer Mundo" y que nos íbamos "p'adelante". Siempre termino mirándolos con lástima y les mando mi predicción favorita: espera nomás a las próximas elecciones, en las que, una vez más, regresaremos a los sesentas.

¿Qué me dicen ahora? Ni siquiera tengo que adivinar. Ellos mismos lo están diciendo: Van a "haber cambios", "no creemos en la economía de mercado". Entonces... ¿En qué creen? ¿En la cárcel cubana? ¿En el horror venezolano? ¿En la payasada boliviana? Porque este país -a partir del 28 de julio- se va a la mismísima...

Comparado conmigo, Nostradamus ni siquiera se acuerda del nombre de su mujer. Escuchen y léanme bien: el final del Perú se aproxima, y mucho más pronto de lo que se imaginan. Como lo dije antes, quienes tienen planeado progresar en la vida salgan ahora del país, ahora que pueden hacerlo como emigrantes. No esperen a jalar su carretita como refugiados. Ojo, y siempre mirando atrás. No los vaya a estar siguiendo un político o un congresista o alguna otra clase de alimaña.

Fuente: diario Correo


Artículo publicado en Reflexiones desde Perú

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